“LA MUERTE DEL LIBRO”
¿FISICO O VIRTUAL?
Por ahí dicen que la lectura es imaginación y la imaginación es lo mejor de las personas, siendo así, este planteamiento de la muerte del libro podría resultar de alguna forma inconsistente a la hora de entrar a valorar los resultado en función de materia física y no físico (virtual), y a su vez, al calificar el mejor y mas efectivo modo de relacionarnos y de adentrarnos en la lectura, pues aquí no tendría un papel decisivo su condición.
Pese a esto, personalmente comparto la opinión acerca de la importancia del libro como parte física, el sentir su presencia, el vivir su existencia, pues estamos controlados por nuestros sentidos aunque a veces engañen. Pero es eso precisamente lo que no podemos obviar, el libro será libro desde su mirada externa, física, material, de contacto, pasando por su intención hasta llegar a su finalidad. El libro más que columnas, párrafos, letras o palabras que nos planteen cada vez que lo abordamos una decodificación, es un constituido hecho de varios o muchos elementos que de alguna manera contribuyen a que este cumpla la totalidad requerida conciente o inconcientemente por el hombre y que quieran o no son parte decisiva del cautivo interés de los mismos.
Roger Chatier ha planteado al libro desde dos perspectivas; objeto (retomando el viejo y conocido ritual del que hemos acostumbrado con un libro normal), no de un libro explícitamente material, inerte, sin función alguna, como muchos lo puedan malinterpretar sino por el contrario aquel que requiere de procesos y sentidos ligados, un libro degustado, un libro disfrutado desde su esencia hasta su presencia. Pero por otro lado, plantea una nueva opción del libro que podría ser lastimosamente la amenaza para su futuro (digo lastimosamente porque ni comparto la idea, ni apoyo el término que se le da a esos textos publicados). Ahora bien, si vuelvo a retomar la frase con la que inicie este comentario, podría estar yo contradiciéndome, pues es la imaginación y eso si no lo puedo negar, la lleve maestra que le permite al lector entrar y navegar en su alma (libro), así como Chatier lo dice. Pero sea cual fuera la razón, esta mas que claro que la tecnología a alterado en gran forma las vivencias y comportamientos de los humanos y ¿porque no habría de hacerlo con el libro?
Hay que tener también en cuanta los múltiples beneficios que de una lectura virtual se puedan obtener, pero sigo considerándolo como una lectura más superficial, seca, sin esencia, es la interacción entre el contacto yo y máquina, máquina y yo, que no me permite sino por muchos medios abriendo un brecho grande llegar hasta el “libro”, así que esta deja por un momento de estar presente y de allí mi debate hacia como tomarlo.
No es que sea un pensamiento retrogrado, no es que no quiera aceptar la llegada de la revolución del conocimiento o las nuevas tecnologías, pues aquí las pongo en práctica, simplemente me parece tan sencillo como decir que es lo mismo ver la foto de un cuadro que un cuadro en vivo o ver una película en cine a verla en DVD, son razones tan simples pero a su vez tan complejas que por un momento nos hacen desviar el verdadero significado de lo puro, bello u original.
Para terminar, quiero pensar y creer al igual que el autor, que el libro nunca morirá o por lo menos hasta el momento y que si es así que sea tan constructiva, contundente y dignamente como lo hizo el telégrafo o la pluma después de años de exprimir su uso, pero conservando siempre su esencia.
¿FISICO O VIRTUAL?
Por ahí dicen que la lectura es imaginación y la imaginación es lo mejor de las personas, siendo así, este planteamiento de la muerte del libro podría resultar de alguna forma inconsistente a la hora de entrar a valorar los resultado en función de materia física y no físico (virtual), y a su vez, al calificar el mejor y mas efectivo modo de relacionarnos y de adentrarnos en la lectura, pues aquí no tendría un papel decisivo su condición.
Pese a esto, personalmente comparto la opinión acerca de la importancia del libro como parte física, el sentir su presencia, el vivir su existencia, pues estamos controlados por nuestros sentidos aunque a veces engañen. Pero es eso precisamente lo que no podemos obviar, el libro será libro desde su mirada externa, física, material, de contacto, pasando por su intención hasta llegar a su finalidad. El libro más que columnas, párrafos, letras o palabras que nos planteen cada vez que lo abordamos una decodificación, es un constituido hecho de varios o muchos elementos que de alguna manera contribuyen a que este cumpla la totalidad requerida conciente o inconcientemente por el hombre y que quieran o no son parte decisiva del cautivo interés de los mismos.
Roger Chatier ha planteado al libro desde dos perspectivas; objeto (retomando el viejo y conocido ritual del que hemos acostumbrado con un libro normal), no de un libro explícitamente material, inerte, sin función alguna, como muchos lo puedan malinterpretar sino por el contrario aquel que requiere de procesos y sentidos ligados, un libro degustado, un libro disfrutado desde su esencia hasta su presencia. Pero por otro lado, plantea una nueva opción del libro que podría ser lastimosamente la amenaza para su futuro (digo lastimosamente porque ni comparto la idea, ni apoyo el término que se le da a esos textos publicados). Ahora bien, si vuelvo a retomar la frase con la que inicie este comentario, podría estar yo contradiciéndome, pues es la imaginación y eso si no lo puedo negar, la lleve maestra que le permite al lector entrar y navegar en su alma (libro), así como Chatier lo dice. Pero sea cual fuera la razón, esta mas que claro que la tecnología a alterado en gran forma las vivencias y comportamientos de los humanos y ¿porque no habría de hacerlo con el libro?
Hay que tener también en cuanta los múltiples beneficios que de una lectura virtual se puedan obtener, pero sigo considerándolo como una lectura más superficial, seca, sin esencia, es la interacción entre el contacto yo y máquina, máquina y yo, que no me permite sino por muchos medios abriendo un brecho grande llegar hasta el “libro”, así que esta deja por un momento de estar presente y de allí mi debate hacia como tomarlo.
No es que sea un pensamiento retrogrado, no es que no quiera aceptar la llegada de la revolución del conocimiento o las nuevas tecnologías, pues aquí las pongo en práctica, simplemente me parece tan sencillo como decir que es lo mismo ver la foto de un cuadro que un cuadro en vivo o ver una película en cine a verla en DVD, son razones tan simples pero a su vez tan complejas que por un momento nos hacen desviar el verdadero significado de lo puro, bello u original.
Para terminar, quiero pensar y creer al igual que el autor, que el libro nunca morirá o por lo menos hasta el momento y que si es así que sea tan constructiva, contundente y dignamente como lo hizo el telégrafo o la pluma después de años de exprimir su uso, pero conservando siempre su esencia.
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